Organizados desde el Premio Rafael Manzano Martos un equipo internacional de profesores y estudiantes españoles de arquitectura ha propuesto una alternativa de carácter urbano a un futuro centro comercial recientemente aprobado por el Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid en la histórica Plaza de la Cebada, el cual contará con 19.631 m², cuatro pisos de estacionamientos y jardines en la cubierta que pretenden compensar la desaparición del mercado derribado.
La propuesta académica surge como respuesta al proyecto comercial respaldado por el gobierno regional y estancado en tratativas normativas desde 2006, al que definen como "un inmenso edificio completamente ajeno a la identidad tradicional de este histórico barrio madrileño". Como la demolición del antiguo mercado de la Plaza de la Cebada ya fue aprobada para erigir esta obra, se asume como condicionante en la propuesta el vacío que resultará de su demolición.
Conoce la propuesta académica después del salto.
Según los arquitectos: los métodos y criterios adoptados parten de una visión más sostenible de la forma de proyectar la ciudad, dirigida no sólo a enriquecerla espacial, social, económica y culturalmente, sino también comprometida con la preservación de las tradiciones que definen su identidad. En cualquier caso, se buscó también que las superficies construidas totales asignadas a cada uno de los distintos usos (residencial, comercial, equipamientos públicos y espacio libre público) resultaran comparables a las del proyecto existente, demostrando con ello que propuestas como ésta no sólo permiten crear una superficie mucho mayor de verdadero espacio público, sino que son además perfectamente viables desde un punto de vista económico.
La propuesta alternativa centra su atención en crear espacios públicos que proporcionen una mayor calidad de vida a la población de la zona, en pensar una ciudad por y para sus habitantes, sin que ello vaya en detrimento de alcanzar las cotas de aprovechamiento del suelo que caracterizan al proyecto actualmente aprobado para el lugar.
En esta nueva propuesta el mercado, lejos de quedar oculto en un edificio compacto, se extiende por las plantas bajas de los edificios que circundan las nuevas calles y plazas propuestas, convirtiéndose así en espacios abiertos y permeables a la ciudad, en los que el espacio abierto público continúa siendo el principal lugar de encuentro y relación.
La diversidad funcional, arquitectónica y social se entiende como un aspecto clave para garantizar la vitalidad y el éxito de los nuevos espacios públicos propuestos. Por ello, los espacios comerciales se complementan con viviendas, oficinas y edificios públicos que contribuyen a generar el enriquecedor tipo de vida urbana que la ciudad, cuando es bien diseñada, es capaz de albergar.
Los principales hitos arquitectónicos del conjunto se disponen de modo que sirvan de referencia visual en las diversos recorridos que o bien se dirigen hacia el lugar o bien se generan dentro del mismo. Los edificios proyectados se ciñen al diseño previo del espacio libre público, que se convierte así en protagonista del conjunto, anteponiendo la calidad espacial de calles y plazas a la definición de los elementos que las delimitan y huyendo así de la fórmula vanguardista del edificio-objeto, donde el espacio público suele convertirse en elemento residual del proyecto.
Las plazas se enriquecen con fuentes y espacios en sombra. En las fachadas que más soleamiento reciben se abren soportales en planta baja, de modo que sirvan de cobijo durante los largos y calurosos veranos madrileños.
Se recuperan e incorporan al conjunto elementos arquitectónicos perdidos de la propia plaza e incluso de otros lugares de Madrid, buscando así perpetuar su memoria. Reaparecen así elementos como la Puerta de La Latina, hoy conservada junto a la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, o la Fuente de los Galápagos, diseñada por el arquitecto Ventura Rodríguez para ser adosada a las Escuelas Pías de San Antón y hoy en día completamente transformada.
Todo ello se ha concebido y proyectado de modo que armonice con la identidad del lugar, con las tradiciones arquitectónicas que han definido lo que hoy conocemos como el paisaje urbano propio de la ciudad de Madrid, un patrimonio único que, de no perpetuarse y enriquecerse, continuará desapareciendo progresivamente hasta su definitiva extinción.
Para llevar a cabo este objetivo se desarrolló en paralelo un catálogo de soluciones constructivas locales que fueron luego aplicados en el diseño de los diversos edificios proyectados. Este género de soluciones, dado su carácter eminentemente artesanal, resultan a priori más costosas que las soluciones constructivas más industrializadas. Sin embargo, y precisamente por ello, la inversión favorece casi en exclusiva a la pequeña empresa artesanal, a la clase media de trabajadores autónomos, generando indirectamente una mayor riqueza económica que los modelos basados en la gran industria.
Profesores coordinadores del trabajo: Samir Younés (University of Notre Dame) y Alejandro García Hermida (Universidad Alfonso X el Sabio)
Profesores colaboradores: Carmen Bueno (Universidad Politécnica de Madrid), Alejandra Gutzeit (University of Notre Dame), Javier de Mingo (Universidad Politécnica de Madrid) y Mark Santrach (University of Notre Dame)
Participantes: Antonio Cañero Santisteban, Carlos Corchado Castillo, Alejandro Domínguez Rueda, Amalia Maria Dumitru, Andrea Figueroa Chaves, Celia García Albertos, Helena García Hermida, Ricardo González Granger, Marina López Porras, María Moreno Aguarón, Rosa Mouriño Pérez, María José Moya Olmedo, Virginia Ripoll Tolosana y Estíbaliz Sierra Alegre
La propuesta contó con el patrocinio de la Richard H. Driehaus Charitable Lead Trust y con la colaboración de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Notre Dame (Indiana, EEUU), la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid, el Centro de Investigación de Arquitectura Tradicional (CIAT) e INTBAU España (International Network for Traditional Building Architecture and Urbanism).